El muro de la VERGÜENZA

Escuché que el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, propuso levantar un muro para dividir un barrio humilde del municipio de San Fernando, del barrio de La Horqueta.


Siempre hubo muros, desde que existen las ciudades. En la antigüedad se denominaban ciudades porque estaban rodeadas por murallas que no permitían la entrada no autorizada a ella. Es decir, que se creía que lo que quedaba por fuera de la muralla era hostil y por lo tanto, no bienvenido. La muralla, así, se convertía en el límite visible que separaba lo civilizado de lo no civilizado; lo bueno de lo malo.


El muro que quieren construir algunos vecinos de La Horqueta es para combatir la inseguridad. De este modo, de un lado del muro quedarían los hostiles y del otro, los civilizados. Como en tiempos de barbarie, lo bueno y civilizado queda de un lado del muro.


Este no es el único caso de muros que dividen, ya que hay antecedentes, como las favelas en Brasil, que son barrios donde vive la gente con bajos recursos económicos. Antes, las familias iban a vivir allí por un determinado período de tiempo, hasta que su situación económica mejorase y luego, se trasladaban a sitios más favorables. La vida ahí es muy difícil y peligrosa, ya que por las noches sus calles quedan en manos de los narcotraficantes de drogas que utilizan a los niños como mensajeros y vigías. Tampoco es el único caso en Argentina. También hay zonas valladas en Retiro y Recoleta. Debido a la inseguridad, cada vez hay más zonas de villas, plazas, parques y monumentos enrejados.


San Isidro es uno de los partidos más ricos de todo el Gran Buenos Aires, y por esto es un polo de atracción para la delincuencia. Esto se demostró con la seguidilla de violentos asaltos que se produjeron en los últimos meses. Es lógico que los vecinos reclamen y exijan seguridad, pero no por eso se debe apostar al aislamiento y exclusión de una parte de la población. Por este camino lo único que se logra es formar un biombo que oculte la pobreza ajena y todas sus consecuencias.

Cartel que colocaron los vecinos de San Fernando donde se colocaría el muro.

La mayoría de los vecinos está en contra de instalar paredes divisorias o rejas ya que piensan que esto empeora la situación porque genera más violencia y más divisiones entre las diversas clases sociales.

Creo que además de ponerse del lado de los vecinos de La Horqueta deberíamos ocupar el lugar de la gente que vive en San Fernando y pensar si a nosotros nos serviría quedar aislados y excluídos de la sociedad solamente por vivir en un barrio más precario. Muchas veces a esa gente que busca trabajo no la aceptan por vivir en una villa miseria, sin pensar que no es culpa suya no tener los recursos económicos que los demás tienen. Es decir, la sociedad en conjunto apuesta a la exclusión de estas personas con cada actitud de discriminación hacia ellos.

Me parece que necesitan una oportunidad, porque también son personas y tienen los mismos derechos que todos nosotros de trabajar, cuidar y mantener a una familia, tener una vivienda y no estar aislados de la sociedad. Porque al final de cuentas, ¿genera más seguridad vivir en una ciudad enrejada, o eso solo empeora la relación entre las distintas clases sociales?

http://www.clarin.com/diario/2009/04/09/opinion/o-01894447.htm

Juliana Furia.

1 comentarios:

  Esto es.. QUE LA ARDE COSA ESTA!

16 de junio de 2009, 21:07

Es verdad porque quizás la solución no es poner un muro en el medio del barrio, sino reforzar la seguridad o implementar algún tipo de medida de allanamiento.
Facundo Bozzani