Nunca fui una lectora apasionada, ni tampoco interesada. Pero este último año en mi vida, empece a profundizarme más en poder interactuar con los libros. Pienso yo, que a la hora de tomar la desición de leer, uno no piensa, ¿Es literario o no es literario?.Uno elige el libro y lo lee, es así de simple, o por lo menos yo lo tomo así. El tema que leo con más frecuencia en los libros es AUTOAYUDA.
Decidí recurrira fuentes de internet para analizar que opina la critica literaria a cerca de ellos y me encontré con que los destroza. Algunos psiquiatras, sociólogos y
filósofos dicen ahora que son útiles, o por lo menos no hacen daño. Creen que pueden ser un estímulo para mejorar, pero advierten que no son una
panacea. El debate sigue abierto.
Quererse a uno mismo. Controlar la mente. Entender los sueños. Dejar de fumar. Abandonar el alcohol. Amasar fortunas. Ser exitoso en el trabajo. Hacer
el amor espléndidamente. Lograr un cuerpo perfecto. Alcanzar armonía espiritual. Los títulos abruman y los textos colman las góndolas de las librerías, los
supermercados, las farmacias, las estaciones de servicio. Se ofrecen como guías de viaje, como manuales de supervivencia. A diez, veinte, treinta pesos.
Sólo se trata de leer unas cuantas páginas. La tentación es fuerte, por eso son un éxito. ¿Sirven los libros de autoayuda?
"El ser humano busca siempre un referente externo de lo que le pasa. El libro de autoayuda es una producción cultural, y si está bien escrito es de mucha
utilidad, porque instruye, orienta, hace compañía", asegura el psiquiatra y psicoanalista Humberto Gobbi. Y agrega: "La lectura de estos textos en
general es el paso previo de otras actividades, como seguir un curso, un taller o hacer una consulta profesional. Funcionan como estímulos o palancas
para hacer otras cosas".
La filósofa Esther Díaz no los defiende ni los ataca, pero sí los justifica. "En algunos casos pueden ser muy útiles. Conozco personas que mejoraron su calidad de vida con ellos. Es cierto que la gente que los lee probablemente nunca lea algo de filosofía dura, pero esta es una buena forma de entrar al maravilloso mundo de la lectura. Por otra parte, habla bien de una persona buscar ayuda aunque sea así, porque significa que no se dio por vencida.
Igual, hay que tener presente que no son mágicos y tienen sus límites".
De esto habla Abel Fainstein, presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina. "La autoayuda es posible. Estos libros sirven porque dan instrumentos,
orientaciones y pautas generales para solucionar los problemas de la gente. Pero hay que saber que tienen un tope de utilidad que está en el propio
dinamismo del inconsciente. El ejemplo más claro se da con un masoquista cuyo límite justamente es que no va a autoayudarse. La idea de que uno puede
arreglar sus cosas es muy tentadora, pero no hay que entusiasmarse demasiado, estos libros no resuelven toda la vida".
Para el psicólogo Juan Carlos Volnovich, el éxito de estos libros se debe a la necesidad de comprensión, afecto y espiritualidad en una sociedad
acostumbrada al consumo de bienes materiales: "La gente busca ávidamente espiritualidad, algo con lo cual sentirse comprendida. Tiene que ver con la
falta de espacios afectivos. Estos libros no aportan nada nuevo, refuerzan estereotipos, convenciones. Y provocan una mezcla de satisfacción y
frustración, por eso se consume uno tras otro".
Y para eso está el mercado o los propios autores. Enrique Mariscal, por ejemplo, publicó 15 obras (300.000 ejemplares): "Mis libros son de compromiso
social, de transformación personal, de ampliación perceptiva, inteligencia práctica, desarrollo emocional, autoironía, lenguaje metafórico, simbología, buen
humor, inspiración y pensamiento de síntesis", dice.
Y sigue: "No escribo para entretener o eludir los problemas sino para encontrar la armonía desde una visión positiva de las dificultades. Debemos
aprender a vivir en la incertidumbre y la confusión sin enloquecer. La gente busca seguridad, salvamento de emergencia, no quiere sufrir más. Mis libros
convocan potencialidades de la identidad que se expresan con siete palabras esenciales: alegría, conciencia, gratitud, libertad, paz, renacimiento y
servicio. ¿Existen libros de autocomplicación? ¿Hay salvavidas de plomo?".
En mi postura, siento un refugio en este tipo de libros, nos ayudan a poder entender más la realidad o como quien dice pintarla a nuestra manera por un
simple libro. Me parece un mercado muy interesante aunque muchos digan que es una estafa, es el estilo de literatura que yo eligo y encuentro un
refugio en ellos. Lei un libro llamado "La princesa que creía en los cuentos de hadas" y no necesariamente en su tapa decia AUTOAYUDA sino que era un
cuento en el cual uno podía darse cuenta que escondía el mismo sentido.
Me ayudan mucho y encuentro en ellos mi rinconcito literario, ¿Y VOS? ¿YA
ENCONTRASTE EL TUYO?
FUENTE:
http://buenasiembra.com.ar/literatura/articulos/sirven-los-libros-de-autoayuda-283.html
Melina Yacuzzi
2 comentarios:
16 de junio de 2009, 21:12
Comparto el pensamiento con ella, yo nunca creí que la literatura seria divertida, ni nunca me atrajo, pero quizás fijándote en algunos temas que te interesen y profundizar en estos uno podría divertirse y encontrar un lugar para si mismo.
Facundo Bozzani.
16 de junio de 2009, 21:42
Coincido con este posteo ya que no soy un amante de la literatura y no soy de leer mucho. Pero en algunos casos me ocurre que con algunos libros me gustan o me siento identificado al leerlos.
Yonadi :)
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