M ♥
La noche esta iluminada y en mi memoria aparece ella. Es difícil resumir el camino que recorremos juntas, pero creo que al andar todo es más fácil con su carisma.
Aprendo de ella, aunque a veces me enoje. Está encerrada en un rinconcito de mi corazón esperando aparecer en cualquier momento. Está pendiente de cada detalle, de cada momento. Cuando más la necesito, está ahí.
Se me vienen tantos momentos, recuerdo lo hermosa que estubo en su fiesta de quince, que día tan lindo, mil mariposas revoloteaban en su panza. Sentía miedo pero a la vez entusiasmo, se encendió dentro de ella una nueva etapa…
El jardincito, el gran desprendimiento de su mamá. Fue difícil, costó que se adapte, pero ahí empezaba el camino hacia lo NUEVO, aprender de la “seño”, jugar con sus amiguitos, me parece ayer verla entrar con sus ojitos llenos de lágrimas.
La llegada de Camila. Ella tenía un año y medio, su mirada se lleno de alegría al verla llegar, era ella su hermanita chiquita a quien debía cuidar.
Eran tardes de tareas y libros, de aprender a hacer cuadros sinópticos, de memorizar las tablas de multiplicar, repetirlas y repetirlas, de merendar, de ver a su mamá llegar de hacer las compras, de distraerse con su hermana mirando tele o contando chistes. ¡Que lindas épocas!
En su Bautismo, ¡era un angelito!, estaba tan hermosa, sus padrinos fueron Sandra y Miguel, sus tíos. Estaban tan felices de acompañarla en ese momento tan importante, prometieron cuidarla pase lo que pase.
Su nacimiento fue una lucecita en la vida de su familia, ya que su mamá no podía quedar embarazada y luego de seis años la trajo a este mundo.
El comienzo de la primaria, la recuerdo con sus dos colitas y su mochila nueva. ¡Que ganas de aprender! ¡De empezar!. Rodeada de sus amigos parecía estar en un cuento lleno de fantasías. Sabía que vendría algo diferente, pero siempre pensó que de todo lo que viene, algo se aprende.
La secundaria. En primer año se cambió de colegio, jardincito y primaria lo realizo en el “Instituto Juan Pablo II” y ahora ingresaría al “Colegio Madre del Buen Consejo”.
Iba a extrañar a sus amigos, pero no se olvidaría de ellos. Disfrutó de cada momento en el nuevo transcurso que debía recorrer. Conoció personas maravillosas y así se abrieron de par en par las puertas hacia su ADOLESCENCIA, donde nada es fácil. Ella se abre a aprender realidades de la vida y no fantasías, a crecer con verdades y no mentiras, a aprender de los errores y no esperar cuentos de hadas, a poder seguir este camino tan lindo, la vida de mi niña interior.
Melina Yacuzzi.
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3 comentarios:
11 de agosto de 2009, 22:35
¡Muy lindo!
Me ayudó a conocerte!
Yamila Nigro
12 de agosto de 2009, 20:29
Muy lindo mell, me ayuda a conocerte. Muy interesante.
Lucas Yonadi :)
17 de agosto de 2009, 16:05
¡Que lindo!, me trajo muchos recuerdos. vivimos todo eso y mucho mas juntas. Gracias por todos estos años ♥
Micaela Piparuolo
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